5/2/10

5 febrero 2010

Dama Juliana de Norwich (S. XIV)

"Todo estará bien y todo estará bien y todo tipo de cosas estarán bien."

"Si Dios quiere que tú lo conozcas de una manera verdadera, Él creará las circunstancias que te conducirán a buscarlo más profundamente. Él abre el camino, y luego se convierte en la luz de entendimiento que brilla dentro tuyo. Todo lo que necesitas como guía es Él, en su persona y presencia.
Durante muchos años yo había buscado a Dios y había conocido algo de Él. Pero en un principio era tan tonta. No entendía que yo no podía ni siquiera buscarlo, a menos que Él me guiara. Él lo hace en su propio tiempo y para sus propósitos. Es Dios quien se mueve sobre nosotros, para mostrarnos una nueva faceta de Sí mismo cuando quiere que conozcamos más acerca de Él. Él hace esto para que nosotros podamos tomar parte en algún aspecto de Su inmenso plan, no para nuestro mero gozo.
Ciertamente no para glorificar nuestra orgullosa carne, que es lo que sucede cuando pensamos que se nos ha dado un más "elevado" conocimiento de Él que a otros. En consecuencia, es una de sus mercedes mostrarnos distintos aspectos de su multiforme naturaleza. Su voz silenciosa es la gracia que nos mueve con el deseo de buscarlo. Y su dádiva de gracia es la nueva explosión de vida que levanta nuestra alma cuando lo hemos encontrado. De esta manera nuestra vida interior se mueve y es guardada en el camino del Espíritu. Y permanecemos en este camino siguiendo estos dichos, los cuales son ambos veraces: Esto describe la forma en que seguimos a Dios en esta vida. Sepamos descansar cuando Él se agrada en dejarnos sin nuevos conocimientos de Él. Y permanezcamos alerta en cuanto nos induce a marchar y encontrarle . Recuerda, Él siempre nos llamará para avanzar más de lo que hayamos avanzado antes... El nos puede dejar descansar por un tiempo. Y luego conmueve nuestras circunstancias a fin de movernos hacia una mayor verdad. Todo el tiempo Él trabaja a fin de remover el velo de duda de estos ojos de carne. Cada escalón de este camino, Él es tan amable y paciente, sabiendo que andamos a tientas, inseguros, como un no vidente. Él quiere que vivamos con esperanza y expectantes, creyendo que Él se va a revelar a Sí mismo, más y más."

12 comentarios:

  1. Hola Sol:

    ..." todo es para el bien...mira que nunca aparto mis manos de mis obras....mira que estoy en todas las cosas"...

    Si te interesa esta inefable y misteriosa Juliana, te remito a una entrada que le dedicamos en: www.mara-natha.spaces.live.com
    como parte de un recuerdo-homenaje a las beguinas.(arch. Junio/2008)

    Un abrazo.

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  2. Hola Soledad

    El hombre cuando entra en sí mismo, cuando se recoge en su intimidad, cuando precisamente penetra en lo que es el hombre interior, ahí es donde se puede encontrar a Dios

    Gracias por tu reflexión, un abrazo

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  3. Me interesa muchísimo y me pasaré. Me gusta todo de ella, pero en especial me conmueve su abandono en la ternura de Dios Madre.Gracias, Delia. Un abrazo.

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  4. Hola, Arianna. Creo que te hubieras llevado bien con Juliana. Un abrazo, querida.

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  5. El latido de Dios es tan fuerte, que no te abandona nunca, corazón. Por eso es que se abre tanta luz en nuestro pecho cuando alguien viene y nos dice: “No seas tonto, corazón, ¿cómo se te ocurre ir a buscar (a otra parte) el latido que te da sustento?” Es entonces cuando el asombro nos recibe como el gran Océano de la comprensión y nos explica, con esa sencillez sin palabras del amor: “No hay nada que comprender, déjate vivir por la Vida, que no es tuya porque sólo sabe vivir en libertad”.
    Ay, pero cada uno de nosotros quiere hacer las cosas “a su modo”, como si los resultados de tal proceder no hubieran ocasionado ya bastante desarreglo. Y aquí es donde hallas el camino, que no es otro que tu destino.
    “Él abre el camino y luego se convierte en la luz de entendimiento que brilla dentro de ti”, dice Juliana.
    Tú estás de pronto ante un chico pobre que se aparece a pedir una moneda. Pero si es el mismo a quien le has dado una moneda día tras día, porque todas las mañanas se sienta en la misma escalera del metro a extender su mano. Veamos esta circunstancia: yo digo que mi camino es mi destino. Y el destino me lo trae, me pone por delante la figura maltrecha de este pequeño hermano. ¿Soy yo mejor que él por conseguirme unas rupias más en la selva de cemento? ¿Lo soy por darle su moneda día tras día? No, claro, es lo que haría por mi hermano. O por mi hijo, si busco más precisión.
    Juliana dice que Dios, ese latido del corazón, “hace esto para que nosotros podamos tomar parte en algún aspecto de Su inmenso plan, no para nuestro mero gozo”. Y ese plan, dicho en claro (o traducido en términos humanos que son los míos (este pobre lenguaje que me invento para conversar con Dios)), ese plan es bastante sencillo: la vida es una inteligencia que cuida la vida. ¿Por qué diría entonces Juliana que todo esto “no está hecho para nuestro mero gozo”? Porque sólo hay gozo en dar vida: ésa es la inteligencia que cuida la vida.
    Y bien, corazón, ya lo ves: la vida consiste en dar la vida. Pero el ego (“nuestra orgullosa carne”) quiere una “vida propia”, pretende la inmortalidad, quiere mantenerse como alguien separado de Dios. Qué tontería. Cualquiera puede percibir que un corazón sin latido se ha desperdiciado para siempre.
    La voz silenciosa de Dios “es la gracia que nos mueve con el deseo de buscarlo”, digo en palabras de Juliana. “Y su dádiva de gracia –continúo- es la nueva explosión de vida que levanta nuestra alma cuando lo hemos encontrado”.
    Vaya, tanta luz tendría que mantenernos encandilados, corazón. Mira tú: Su silencio nos está invitando a buscarlo. Y su lenguaje, disfrazado de mundo y destino, nos está esperando para que entre ambos (mundo y silencio) veamos que todo es nada más que un encuentro, latido y corazón fundidos en este milagro de la Conciencia Suprema.
    Dicen que la fe mueve al corazón y te digo que es cierto, corazón. La fe es ese latido que no descansa. Nosotros (ego, y orgullo, y pretensión) podemos descansar. Pero ese latido no descansa y es pura música, sonido y silencio a la par, es la danza que somos y que nos hace danzarines.
    Es cierto, lo puedes comprobar, corazón. Dios se revela a Sí mismo, más y más. A cada rato. En cada cosa. Ahora mismo.

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  6. Hola, Soledad. Soy yo la que tengo que dar las gracias. En casa se han revolucionado ya, buscando a Juliana de Norwich por todas partes, enciclopedias o internet. La gente joven quiere alguna película de ella...
    Se me ocurre pensar que el amor no conoce fronteras,ni de tiempo ni de espacio. Es una comunión. Y me gusta tu manera de comulgar con Meister Eckhart, o con Juliana de Norwich, con una tal naturalidad, como si presentaras a tus primos hermanos, o algo así. Es una manera de vivir que me despierta el entusiasmo.
    Cuando abro tu blog, estoy cumpliendo algo así como un ritual. Sé que aquí encuentro un remanso para simplemente ser, para sentir que soy presencia en la presencia.

    Gracia te alcance para bendecirte... (y un abrazo)

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  7. Bonito fragmento el que has compartido. Despues de los comentarios de Furia no se que decir pero que sepas que me siento en similar onda-. Efectivamente, es Dios el que siempre está llamando a nuestra puerta y nosotros lo único que tenemos que haces es apartar esos trastos que no dejan abrirla ( esos trastos y cajas viejas son el Yo o personalidad o falso ego, etc).

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  8. Gracias Soledad por el extracto y por el descubrimiento de esta, otra más, fuente de agua viva. Y con esa expresión que reconforta tanto al alma, al igual que la guía. Y, de paso, agradecer también a los compañeros por sus comentarios ante los que queda poco que decir.
    Un abrazo!

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  9. Hola Soledad. Qué maravilla de texto. Sublime. Es la Gracia.
    Un abrazo, hermanita!

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  10. Hola, Zanara. Qué alegría encontrarte por aquí.
    Un abrazo.

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