6/1/10

5 enero 2010

De "Una sola esencia"
(http://www.unasolaesencia.com/)
"sustraigo" esta entrada llena de iluminada sensatez:


"Esa simple consciencia cotidiana sin esfuerzo ni elección, es la Pura Consciencia que somos.Esa presencia natural inmutable, cuya ausencia es inconcebible, testigo de todo, también del sueño e incluso de la nada del sueño profundo, es la Pura Existencia que somos.Esa luz que hace real el instante, que crea constante realidad en el ahora atemporal, que incluso hace que los sueños parezcan reales durante el soñar, es la Realidad Absoluta que somos.Ese constante conocer que a cada instante percibe la variedad del universo mucho antes de que el pensamiento pueda etiquetar y apropiarse de una mínima parte. Que es ser y saber que se es al mismo tiempo, es el Conocimiento que somos.Esa espontánea energía que traza la línea de nuestra vida, que nos hace actuar y pensar, y que, en el instante mismo del hacer y del pensar, es absolutamente impersonal, es la Inteligencia que somos.Siempre hemos sido Eso y siempre lo seremos. Es así de sencillo.Esta Esencia o Pura Consciencia es algo muy ordinario y sutil. No hay nada más. Por eso pasamos siempre de largo en lugar de descansar en Ella.Si se puede captar la profundidad de esta enseñanza directa, ninguna otra cosa es necesaria, porque nos está señalando lo que ya somos, no algo que debamos o podamos alcanzar o realizar. No hay necesidad de ir a ningún sitio ni de hacer nada, tan sólo, con esta comprensión, dejar la vida desplegarse como hasta ahora, sea lo que sea.

Esta Esencia o Pura Consciencia, no es una idea o un objeto externo. Aunque el lenguaje nos obliga a hablar de ella en tercera persona, es el elemento más íntimo de nuestra vida, más íntimo que la sensación de yo o de yo soy, y sólo a través de esa sensación puede ser intuida.

El mensaje sobre nuestra verdadera naturaleza, es heredero directo del Advaita Vedanta, aunque se manifieste también con gran claridad en el budismo, en algunas interpretaciones más espirituales del cristianismo y, en general, de una forma u otra, en todas las grandes tradiciones religiosas. Es una visión directa, intuitiva y quintaesencial del Advaita Vedanta tradicional. Siendo este último un sistema racional, no místico, basado en el análisis de los tres estados de la vida: vigilia, sueño y sueño profundo y en hechos de la experiencia común, que puede ser comprendido y seguido por cualquier individuo con su propio esfuerzo.

La sensatez, es la nota dominante en las palabras de las recientes grandes figuras del Advaita, también cuando abordan los temas de Conocimiento y Liberación o de Práctica y Reflexión. Aún estando condicionados por su respectiva época y lugar, es difícil encontrar en sus mensajes originales ese afán de crear prácticas y sistemas que tanto abunda en sus comentaristas y “administradores” posteriores…Es evidente que sólo el conocimiento puede desvanecer la ignorancia y que este conocimiento sólo se logra con una adecuada comprensión de Lo que somos. La permanencia en Ello, la profundización en Ello o el alejamiento de Ello, son sólo y exclusivamente apariencias y dependen también del grado de esta comprensión y convicción. Con los conceptos de esfuerzo, logro, pérdida, permanencia, alejamiento, etc., comunicamos nuestras vivencias personales relativas y condicionadas, pero no es fácil usar estos conceptos sin quedar enredados y pringados en ellos otorgándoles una realidad que en absoluto poseen. A esto se debe la sensatez y la cautela de todas estas grandes figuras, la grandeza y la apertura de los “acercamientos” que recomiendan ( a pesar, repito, de todos los que intentan sistematizar lo que no era un sistema y complicar lo que no era complicado ) y la variedad de respuestas en los diferentes casos.Aunque todos ellos señalan, cada uno a su manera, hacia esta presencia consciente, este yo soy, esta primera persona, esta sensación de ser etc. como el Lugar no conceptual de la Esencia o Pura consciencia, su cautela se debe a que este, no es ya un terreno con el que se puedan usar eficaz y, sobre todo verazmente, conceptos como: necesidad o voluntad o progreso o esfuerzo o logro o incluso permanencia…Así pues, los mayores despistes y estancamientos que ocurren durante esta búsqueda, se producen, al menos en occidente, no sólo por la difusión de una versión cómoda, parcial y superficial de todas estas verdades, esa “India fácil” que decía Cioran, a la que estamos tan acostumbrados, sino también por la falta de tiempo que algunos tienen para apreciar y paladear las sutilezas de esta “nada”. Pasan de largo de su propia Realidad y regresan a la mente, siempre practicando algo, creyendo que de esa manera encontrarán más y más...No citaré sobre este tema ni a Nisargadatta Maharaj ni a Ramesh Balsekar, de entre las personalidades más recientes que enfocan estos aspectos en la forma anteriormente expuesta, pero sí me gustaría añadir tres citas que he encontrado últimamente:


“La auténtica sadhana( práctica espiritual) consiste en no olvidarse del Sí Mismo, no en sentarse tranquilamente con los ojos cerrados. Tú siempre eres el Sí Mismo. Simplemente, que no se te olvide.”

Ramana Maharshi


“La liberación en la vigilia o vida empírica sólo es posible por la contemplación de la naturaleza de la Realidad, porque la ignorancia es significativa solamente en la esfera del intelecto. Los trances místicos sólo confirman nuestra experiencia ( de Pura Consciencia) durante el sueño profundo y no son indispensables para el conocimiento vedántico.” Satchidanandendra Saraswathi ( Advaita Vedanta tradicional)


“No debemos pensar o creer nunca que el logro de la Pura Consciencia o Atman es una especie de estado sublime, elevado o inspirado; incluso si tal clase de emoción o sentimiento o estado altamente sublime o inspirado es alcanzado por alguien, nunca será un estado permanente. Incluso en el caso de que fuera permanente ¿podría ser determinado como última Realidad?” D.B.Gangolli (Advaita Vedanta tradicional)


“P: A pesar de que reconozco que soy esta inmutable consciencia, hay siempre un sentimiento de que aún no la tengo. ¿Por qué me sucede esto?

“R: No puedes tenerla porque ya eres Eso ¿Lo entiendes?

“P: Sí.

“R: Bueno, entonces olvida el tratar de tenerla y simplemente sé Eso. Detén la búsqueda. Simplemente permanece en lo que es. Obsérvalo y conócelo. Ello mismo se te revelará.”

Sailor Bob Adamson ( Diálogo)

Aunque, al manifestarse como mundo, esta Esencia o Pura Consciencia se nos presenta con infinitos atributos que podemos comprender y manejar, en realidad, no tiene atributo alguno, es decir, no puede ser un objeto para el intelecto. Como abstracción o como puro concepto, difícilmente podrá ser diferenciada del no ser. Por eso decimos que, para el intelecto, es nada. Todos los grandes pensadores, en variadas y contradictorias formas, instintivamente la han asumido. Los conceptos, son los moldes donde se vierte la Realidad, esto forma parte del lenguaje y del juego de la vida. Sin embargo, aunque es un hecho concreto de la experiencia y una poderosa intuición común a todo ser humano, esta Pura Consciencia provoca irresolubles contradicciones en el intelecto. El pensamiento funciona separando y discriminando, pero en este caso, al separar intelectualmente el mundo de esta Esencia o Pura Consciencia, o se la convierte en una mera abstracción o se convierte el mundo en irreal. Pero este mensaje no dice que el mundo sea irreal o que sea una especie de alucinación. Dice que no hay sujeto ni objeto, ni mundo, ni yo, aparte de esta Esencia, que es Lo Real y que todas estas cosas no son sino manifestaciones de Ella y, por lo tanto, son partícipes de Su Realidad. No tratamos aquí con un concepto filosófico, no es una idea del puro ser que pudiera oponerse a un no ser, no es una noción manufacturada en el intelecto para facilitar una comprensión, sino que estamos intentando señalar la directa e incuestionable manifestación de la Vida misma. Una vez visto el lugar al que se señala, la constatación o la vivencia de esta Esencia que somos, es absolutamente directa y no conceptual.Sin embargo, aunque pueda parecer paradójico, este mensaje tiene más que ver en realidad con el amor que con cualquier otra cosa. Una vez estudiado e investigado por uno mismo, sólo la atracción que esa Pura Consciencia ejerce sobre uno, sólo esa inasible dicha que transparenta aquí y allá nuestra vida, independientemente de las circunstancias, es capaz de romper los hábitos del pensamiento y aparentemente traernos de regreso a esta Convicción. No tenemos ese conocimiento, somos el Conocimiento mismo.

La convicción en nuestra propia realidad está basada en una intuición absolutamente incuestionable. Sentimos nuestra propia realidad instintivamente. Esta intuición de nuestra real esencia está fundamentada en el hecho de que no podemos negar nuestra propia existencia ni concebir nuestra inexistencia. Nos experimentamos siempre como una continuidad de existencia sin ruptura imaginable. Ya estemos despiertos o dormidos, no es concebible ninguna discontinuidad en ese río de consciencia.Ese constante transfondo de ser y saber que se es, de realidad permanente, confiere su realidad a todo lo que surge. Por eso el ahora siempre es lo real, e incluso durante el sueño, el ahora del sueño nos parece realidad.Existe pues una Realidad y unas manifestaciones de ella. No hay error ni pecado en la vida ni en sus manifestaciones. Tan solo nosotros cometemos ese error inicial de creer que el mundo tiene alguna realidad independiente de la Esencia, de la realidad esencial.Olvidamos esa intuición básica de que todo lo que surge tiene una realidad “prestada” de la Realidad constante que somos... terminamos invirtiendo los términos y considerando el mundo como una realidad permanente y verdadera, mientras que nuestra propia realidad, la vemos como algo efímero, dependiente y destinado a la extinción.El conocimiento profundo de ese error es lo único necesario, aunque nuestra vida y conducta nos lleven una y otra vez a convivir con él.

Así como la respiración ocurre una y otra vez, siempre fresca y siempre nueva en el presente, este despertar a nuestra verdadera naturaleza, va ocurriendo una vez y otra, un millón de veces, toda nuestra vida.Pretender buscar una sola gran respiración que nos “solucione” para siempre el problema de tener que respirar momento a momento…es buscar algo absurdo e imposible y pone de manifiesto una comprensión aún muy pobre.Este despertar una y otra vez al presente y a lo que es, es la propia vida de esta Esencia. No es ya una cuestión de dificultad o de esfuerzo, sino de convicción. Hasta que la profunda convicción de que nuestra verdadera naturaleza ya está absolutamente despierta e iluminada y de que lo que hemos estado buscando, ya lo somos plenamente, no haya surgido, estos despertares son imposibles, porque no son otra cosa que un regreso radical a ese conocimiento y a esa intuición.No es verdad que la finalidad de nuestra existencia sea hacernos uno con la Esencia que somos, como muchos buscadores de la “definitiva respiración” proclaman, sino más bien vivir nuestras vidas con el real conocimiento de Lo que somos. Por lo tanto, lo que se debe alcanzar no es la destrucción o la desaparición de la dualidad, sino la destrucción de la fe o de la creencia en la realidad de esa dualidad.

10 comentarios:

  1. Hola Soledad:

    En el río de la vida estamos, somos ese río, sigamos su corriente, la decantación se produce sin esfuerzos.

    Gracias por esta magnífica entrada.

    Un abrazo.

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  2. Realmente fino y delicioso pastel.
    Coronado con la mejor de las guindas: no hay nada que trascender...
    Me ha gustado mucho el chiste de la última respiración...
    Es paradójico que la única doctrina que proclama la mayor sensatez del mundo: que no hay que hacer nada, que ya Somos Perfectos y Totales, y que no lo podemos dejar de Ser, parezca una locura para tanta gente.
    Parece lógico que para salir de lo que es una tension y un esfuerzo constante haya que esforzarse, pero el realidad, es solo la continuación de la locura de una mente compulsiva que no sabe dejar de hacer, que sencillamente no puede comprender que ya es, que todo es perfecto, que todo está bien.
    Gracias por este roscón de reyes, rico, rico.

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  3. Gracias Soledad,
    ese final del extracto es verdaderamente iluminador, "dejar de creer en la realidad de la dualidad, no en destruirla". Por otra parte ya se me había olvidado el anuncio de publicación de este libro. Estaré atento porque creo que pone de manifiesto errores en los que se cae recurrentemente.
    Un abrazo!

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  4. Hola a todos. Releyendo la entrada (da para leerla muchas veces, y no tiene desperdicio) me venía a la mente que el proceso del buscador se parece a aprender a nadar o a montar en bici. Puedo recordar el momento en que, sin esfuerzo, el agua me sostuvo por primera vez, o cuando el dichoso chisme se mantuvo en equilibrio dinámico sobre sus dos ruedas.
    De pronto, no había esfuerzo ni "hacer". Ni tampoco "dejar de hacer". En fin...
    Un abrazo para todos.

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  5. Querida Soledad.
    gracias por compartir la enseñanza.

    "Tú siempre eres el Sí Mismo"

    Perfecto.

    Namasté.

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  6. Ese blog es siempre una pasada!! Qué sutileza y qué bien utiliza el lenguaje para expresar esto tan difícil. Especialmente, para mi, recalco esta frase: "...es el elemento más íntimo de nuestra vida, más íntimo que la sensación de yo o de yo soy, y sólo a través de esa sensación puede ser intuida" ... wuau ...

    Un abrazo Soledad.

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  7. Y tan pasada. Lástima que no se prodigue más.
    Y sí, Sankaradas, perfecto.
    Abrazos a granel.

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  8. Releyendo la entrada, que no tiene desperdicio, solo puedo "robarla" yo tb para compartirla.
    Gracias.

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