23/5/09

23 mayo 2009

Idries Shah, en Cuentos de los Derviches, incluye esta preciosa parábola que resumo:

El Alimento del Paraíso

"Un día, Yunus, hijo de Adán, decidió no sólo depositar su vida en la balanza del destino, sino también buscar los medios y el motivo de la provisión de bienes para el hombre... "En lugar de vivir en un mundo de confusión donde la comida y otras cosas llegan aparentemente a través de la sociedad, me lanzaré al amparo directo del Poder que rige todas las cosas".
Así diciendo, se encaminó al campo, entregándose al amparo de fuerzas invisibles, con la misma resolución con la que había aceptado el sostén de fuerzas visibles cuando era maestro en una escuela. Se quedó dormido con la certeza de que Alá cuidaría enteramente de sus intereses, del mismo modo en que los pájaros y las bestias son provistos en sus respectivos reinos...
Tendido en la orilla del río, pasó hambriento el día entero... "No es más que una prueba, y pronto todo estará bien"... Transcurrió otra noche. Cinco horas después del amanecer del segundo día, mientras Yunus estaba sentado mirando en contemplación los rayos del sol reflejados en el poderoso Tigris, vio algo flotando entre las cañas... Pesaba alrededor de tres cuartos de libra. Tan pronto como desató el paquete, sus narices fueron impregnadas por un delicioso aroma. Era el poseedor de una cantidad de delicioso halva... compuesto de almendras, agua de rosas, avellanas y otros preciosos elementos... ¡Mi creencia está justificada! exclamó Yunus... Y ahora, si una cantidad similar de halva... llega a mí sobre las aguas diariamente... yo conoceré los medios que ordena la providencia para mi sustento y sólo tendré que usar la inteligencia para buscar su origen...
En los tres días siguientes, a la misma hora, un paquete de halva llegó flotando hasta las manos de Yunus.... Obviamente, el próximo paso era rastrear el curso del halva río arriba hasta llegar a su origen...Entonces podría entender ... los medios por los cuales era separado para su uso específico... Tras un penoso viaje y muchas aventuras, llegó al fin siguiendo el río a un castillo donde habitaba una hermosa princesa. Conducido ante ella, Yunus imploró:
-Incomparable perla, hay una sola cosa que busco, y es la verdad. Por ser el deber de todos los que la poseen darla a aquéllos que pueden beneficiarse con ella, te conmino a darme la verdad que es mi necesidad.
-Habla, y tal verdad, hasta donde sea posible darla, será tuya.
-Muy bien alteza. ¿Por orden de quién, y cómo, el alimento del paraíso, el magnífico halva, que tú tiras cada día para mí, es depositado de esa manera?
-Yunus, hijo de Adán, respondió la princesa, el halva, como tú lo llamas, que tiro cada día, es en realidad el residuo de los afeites con los cuales me acicalo diariamente después de mi baño con leche de burra.
-Yo he aprendido al fin, dijo Yunus, que el entendimiento de un hombre está condicionado a su capacidad de entender. Para tí los residuos de tu tocado diario. Para mí el alimento del paraíso."


Y, ahora, pregunto yo, ¿Cuál es la moraleja de esta historia, más paradojal de lo que parece a simple vista?.

7 comentarios:

  1. Encantado de saludarte Soledad.

    El cuento me ha recordado este texto que aparece en la obra de Henry Corbin "El hombre y su Ángel."

    "Mientras los otros hijos de Adán se dedicaban a oficios que les permiten extender su dominio sobre el mundo, Seth se consagra por entero al servicio divino. Ahí se plantea el gran problema. Una vez exiliado del paraíso, ¿qué es lo que hay que hacer? ¿se trata de conquistar el mundo del exilio e instalarse en él? ¿O es necesario reconquistar el paraíso? Y no hay que confundirse; es preciso que la búsqueda del paraíso no nos conduzca a una especie de sucedaneo dei mismo."

    El Seth bíblico que aquí aparece podria ser Yunus?

    La interpretación que me sugiere este cuento derviche que aquí dejas, es que el recuerdo del paraíso se puede despertar por el estímulo de lo sentidos: Un perfume, un sabor, una música (recordemos la obra de Marcel Proust "En busca del tiempo perdido") siendo estos, causantes de insatisfacción, cuando se traduce en nostalgia, ante la sensación de que todos ellos no son más que reflejos efímeros y fugaces, tan solo migajas, residuos que se depositan río abajo, pero que conserban algo del fulgor de su lugar de origen, siendo reconocido por algunos, embarcándolos en un viaje, a contracorriente, río arriba, acercándose a él, cada cual según su capacidad de orientarse, de no dejarse llevar por los cantos de sirena o de los límites de su "entendimiento", impulsados por la intuición que les dice que ese es también su Origen.

    Un saludo.

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  2. Bellísima historia.
    Muy sugerente.
    Un abrazo.

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  3. Hola a ambos.
    La historia, tanto la de Yunus como la de Seth y sus hermanos, remite, de nuevo, desde mi punto de vista, a la paradoja.
    Y, sobre la paradoja, Jung recomienda mantener la tensión de ambos aspectos del dilema, sin afirmar ni negar ninguno, hasta que lo que él llama la función trascendente realice una síntesis que los incluya y supere a ambos.
    ¿Marta o María? ¿Realmente son excluyentes?
    O, de forma más castiza, "A Dios rogando y con el mazo dando". Presuntamente.
    Un abrazo.

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  4. Ah, y sobre Yunus y su halva... ¿Quién la mandaba en última instancia? ¿Era el azar, las fuerzas invisibles, ambos, ninguno? De nuevo la paradoja.

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  5. OM
    hola Soledad, interpreto en las palabras de Yunus que "lo que para tí no vale, para mí es suficiente..y maravilloso..". Esto abunda en la famosa frase del gran mistico Amadou Hampate Bá en su cuento peule "Kaidara" : "No existe un Conocimiento Superior sinó una Comprensión Superior".
    De que nos valdría que un ángel nos explicara su naturaleza, si carecemos de capacidad de comprender tamaño arcano? de nada vale el conocimiento sin capacidad de comprensión, por elevado que sea...creo que el mensaje de Jesucrito "No echeis vuestras perlas a los cerdos" significa eso, no dar el conocimiento de la vía a quien no está preparado para recibirlo...
    Un abrazo!

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  6. Gracias por esa otra perspectiva.
    Un abrazo.

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  7. yo encuentro perlas en los cerdos, y cerdos entre las perlas...

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