23/5/09

23 mayo 2006

L. Shainberg, reproduciendo las palabras de Kyudo Roshi, contestando a si se considera una persona religiosa:

-Escucha, Larry-san. Un día en Israel yo diarrea. Cada quince minutos voy al retrete. Pero debo ir a Haifa por mi grupo de zazen, cada lunes por la mañana. Taxi desde Jerusalem, una hora quince minutos. Quiero cagar pero taxi no para. Allí sentado con otras siete personas, controlando diarrea, una hora quince minutos. Quiero comprobar mi fortaleza religiosa. Soy un sacerdote japonés de tercera geeneración. El Buda debe ayudarme, ¿no? No dejo de repetir sutras una y otra vez, pero diarrea no para. ¡Ya se acerca a ano! No puedo aguantar cuarenta minutos más, así que al final digo al chofer que parar. Cerca aeropuerto, busco una casa para cagar. Primero, casa árabe, luego israelí... dicen no. No puedo hacer nada más. Así que encuentro rincón cerca de poste luz y bajo pantalones. Seis o siete niños me rodean gritando: ¡Japonés, japonés!. ¡No me importa! ¡Pero no papel de water! ¿Qué puedo hacer? ¡Usar calzoncillos!. Niños ríen y señalan: ¡Japonés, japonés!. Chófer toca bocina, dice tiene prisa. ¡No me importa!. Entonces descubro paraíso. Gran paraíso es ir al retrete. Aunque confío en mi tradición familiar, y en el hecho de que soy un religioso, en que el Buda me ayudará...Pues bien...¡Nada ayuda! Sólo cagar, ¡ése es mi paraíso! ¡Gran descubrimiento! ¡Debo cuidar de mí mismo! ¿Entiendes?. Buda no cuida. Dios no cuida. ¡Debo cuidar de mí mismo! ¡Si crees o no crees no cuenta, Larry-san! ¡Sólo acción ayuda! Soy estúpido por tratar de comprobar si Buda ayuda en situación así. Buda dice: "No, tú vas a cagar". ¡La fe temporal no significa nada! Confías o no confías... ¡No es suficiente! ¡Sólo tú confiar en tí mismo! "¡Yo puedo hacerlo! ¡Yo puedo hacerlo! ¡Yo lo haré! ¡Yo debo hacerlo!" ¡Entonces sabes de religión!.

8 comentarios:

  1. buenos días SOLEDAD

    Sí, las cosas son así y las verdaderas revelaciones, pueden surgir incluso de una "diarrea", que por otra parte psicológicamente representa una liberación mental de aquello que había estado retenido, quien dijo que en la iluminación las "lucecitas" iban a ser de colores.
    namasté

    ResponderEliminar
  2. Buenos días, gb. La magnífica desfachatez del zen me parece el mejor antídoto contra las ilusiones del "glamour iluminatorio".
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. OM

    hola Soledad: Que angustiosa cara puede tomar la Enseñanza algunas veces !...
    Verás que me ocurrió a mí haciendo la Pradakshina (la vuelta andando a la Colina Sagrada de Arunachala en Tiruvannamalai):
    Estaba yo terminando mi primera Pradakshina, por el lado interno, que es el mas cercano a la Montaña Sagrada,(nó por la carretera como lo hacen la mayoría) cuando subitamente el camino desapareció entre matorrales; y yo angustiado pensé que me había perdido,(ignoraba que el último tramo hay que hacerla saliendo a la carretera); entonces ví a un hindú a unos 20 metros aproximadamente que caminaba decididamente, pensé que el conocía la senda y apretando el paso lo seguí; cuanto más me acercaba el más aceleraba su paso, mientras mirando hacia atrás su rostro reflejaba preocupación por mi aproximación...
    Cuanto más aceleraba yo más decisión ponía en seguirle, si él enlentecía su paso, yo enlentecía el mio, controlando la distancia...cada vez volvía la cabeza más hacia mí, y yo pensé que era porque sospechaba de mis buenas intenciones.
    Así anduvimos un buen rato, hasta que de pronto, el hindú se paró en seco, y con gran decisión subió su "doti" hasta la cintura, se agachó y comenzó una sonora "cagada diarreica"..!
    Entonces comprendí la dura realidad! y era que él no estaba haciendo como yo Pradakshina, sinó que habia abandonado la carretera y se había internado en la Montaña, para aliviarse !
    Aún me rio cuando lo recuerdo...pero yo no tenía el discernimiento de Kiudho Roshi, por lo que no saqué ninguna lección, (a lo mejor el hindú si...)
    un abrazo !

    ResponderEliminar
  4. Efectivamente, la enseñanza nos llega, y nos lleva, por caminos extraños. De eso trata mi próximo post.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Por cierto, que puede que el hindú sí que estuviera caminando alrededor de la montaña sagrada, y que, además tuviera que aliviarse. Una cosa no quita la otra.
    Y puede que sí aprendiera algo: A prescindir de la presencia y opinión de su perseguidor occidental, y hacer lo que tenía que hacer.
    No debió resultarle fácil.
    Me ha gustado tu historia.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. ¡Hola Soledad,felicitarte por tu blog antes que nada,desconozco el Zen, pero tengo que reconocer que me llega y comparto contigo, que lo ue más me gusta es su descaro y frescura.y en este post queda todo bien claro,más claro que el agua,¿NO?.Un saludo y grcias.LUNA.

    ResponderEliminar
  7. Gracias a tí, Luna.
    Bienvenida y un abrazo.

    ResponderEliminar