Juan de la Cruz:
Tras de un amoroso lance,
y no de esperanzas falto,
volé tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino,
tanto volar me convino
que de vista me perdiese;
y con todo, en este trance,
en el vuelo quedé falto,
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.
Cuando más alto subía
deslumbróseme la vista,
y la más fuerte conquista
en escuro se hacía;
mas por ser de amor el lance
di un ciego y oscuro salto,
y fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
Cuanto más alto llegaba
de este lance tan subido,
tanto más bajo y rendido
y abatido me hallaba.
Dije: ¡No habrá quien alcance!
Y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
Por una extraña manera,
mil vuelos pasé de un vuelo,
porque esperanza de cielo
tanto alcanza cuanto espera;
esperé sólo este lance,
y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
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San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Avila...Son estos seres que demuestran que la espiritualidad siempre esta por encima, concepto, de las religiones u otros movimientos.
ResponderEliminarPermíteme que reitere lo que publique hace poco en un post hablando de la noche oscura del alma.
Juan de la Cruz decía:
Me abatí tanto, tanto, tanto
Que subí tan alto, tan alto, tan alto
Namasté Soledad
Hola, Sankaradas.
ResponderEliminarJuan de la Cruz, como todo verdadero místico, trasciende por completo la forma, o mejor, expresa, a través de la forma que le tocó vivir, aquéllo que trasciende a toda forma y se expresa a través de todas ellas.
Notarás además que, en este caso, en sus poemas no aparecen metáforas particularmente cristianas. La caza, la llama, el amor humano, son las imágenes que emplea.
A mí te toca muy hondo, como místico y como genial poeta.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo con los dos. San Juan me llega.
ResponderEliminar"Y abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance".
Un abrazo.