Juan de la Cruz:
En la interior bodega
de mi amado bebí, y mientras salía,
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía,
y el ganado perdí que antes seguía.
........
En soledad vivía
y en soledad ha puesto ya su nido
y en soledad la guía,
a solas, su querido,
también en soledad de amor herido.
........
Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte y al collado
do mana el agua pura.
Entremos más adentro en la espesura.
(Yo tambien deseo lo mismo que la esposa del Cántico:
Entrar más adentro en la espesura de mi amado.)
Y luego:
Allí me dió su pecho.
Allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di, de hecho,
a mí, sin dejar cosa.
Allí le prometí de ser su esposa.
Mi alma se ha empleado
y todo mi caudal en su servicio.
Ya no guardo ganado
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.
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